jueves, 28 de abril de 2011

La vuelta a casa.

Después de un día gris, con lluvias y tormentas, alrededor de las once de la noche salieron las estrellas, la luna redonda iluminaba el campo. Abrí la puerta de la habitación, busqué un buzo y salí. Estaba completamente oscuro y hacia mucho frio, comencé a caminar alejándome de la casa y terminé metiendome en un pequeño bosque. Sin que nada me importara,  avance sin detenerme. Sentí que era un niño explorador introduciéndome cada vez mas entre los árboles.
 Luego de estar caminando, no sé cuánto tiempo, sin darme cuenta  me había perdido, no sabía dónde estaba y sentí miedo e inseguridad, no sabía qué sendero tomar. Comencé a correr para un lado y para el otro, caí en un charco de barro y  rompí el pantalón. Moviéndome como podía, no encontraba la salida, estaba completamente desesperado, no había ni una luz cerca.
 Cada vez  sentí más miedo y comencé a llorar. Ya todo sucio y nervioso vi una luz brillante, al acercarme me di cuenta que era la casa, la misma que me había visto partir. Entré, subí al baño, volví a la habitación y pude finalmente descansar.


En muchas ocasiones nos sentimos perdidos y siempre buscamos "la luz". Ella siempre está más cerca de lo que uno cree o de lo que en la oscuridad podemos imaginar...


Como la historia del el hijo prodigo, encontró la luz de vuelta a su casa.




 

2 comentarios:

Lara dijo...

groso

Jopi dijo...

buenaaaa joseph seguí escribiendooo, besote