Cuando me subo a un colectivo para ir a lo de un amigo, siempre veo las mismas cosas, pareciera que
todo se repite, todos los días. Los kioscos, los supermercados, las farmacias,
los locales de ropa, estacionamientos, puestos de flores y de diarios, ya nada
me sorprende.
Las cosas no van a cambiar nunca, van a estar siempre ahí. Hay
muchas cosas que no conozco todavía pero sé que van a estar ahí y no van a
cambiar. El día que vea un cambio, cuando vea algo distinto, no es porque
cambian las cosas como una especie de evolución, sino que decidí por mi cuenta
cambiar, hacer algo distinto. Si algo
cambia es la persona, la forma de pensar y de ver la realidad.
Ahora mis amigos se van a Europa y se van a encontrar con
muchas cosas que nunca vieron, pero ellos decidieron cambiar de continente, cambiar
de lugar, más que nada cambiar la rutina y ellos mismos se van a sorprender.
Si quiero un cambio lo tengo que provocar, no va a cambiar
solo.
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