jueves, 23 de junio de 2011

Cambiar.

Cuando me despierto siempre veo lo mismo en este mundo que siempre están las mismas cosas, todo lo mismo, las mismas calles, plazas, carteles, edificios, no van a cambiar, pasan los mismos colectivos de siempre, los autos, las motos. Las personas hacen siempre lo mismo, caminan de un lado a otro sin parar encerrados en su propia rutina. Es cansador.
Cuando me subo a un colectivo para ir a lo de un amigo,  siempre veo las mismas cosas, pareciera que todo se repite, todos los días. Los kioscos, los supermercados, las farmacias, los locales de ropa, estacionamientos, puestos de flores y de diarios, ya nada me sorprende.
Las cosas no van a cambiar nunca, van a estar siempre ahí. Hay muchas cosas que no conozco todavía pero sé que van a estar ahí y no van a cambiar. El día que vea un cambio, cuando vea algo distinto, no es porque cambian las cosas como una especie de evolución, sino que decidí por mi cuenta cambiar, hacer algo distinto.  Si algo cambia es la persona, la forma de pensar y de ver la realidad.
Ahora mis amigos se van a Europa y se van a encontrar con muchas cosas que nunca vieron, pero ellos decidieron cambiar de continente, cambiar de lugar, más que nada cambiar la rutina y ellos mismos se van a sorprender.

Si quiero un cambio lo tengo que provocar, no va a cambiar solo.


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